miércoles, 13 de mayo de 2009

PLANIFICACIÓN DE LA DISPERSIÓN


Va llegando el momento de partir, y con entusiasmo, voy haciendo repaso de lo pendiente.
Entonces planifico. Planifico cómo cumplir con todo lo que aun me queda por hacer, y hasta planifico mi propia dispersión: sé que no voy a cumplir con el plan, y armo planes contingentes, plan B y hasta C. Planes de emergencia para una voluntad reacia a trabajar.
Cuando llega el día de viajar, me entrego a una planificación más interesante y creativa: cómo me arreglo lejos de casa sin las cosas que deliberadamente olvidé.

3 comentarios:

Sunshine dijo...

A mí me agarra como un ataque de locura antes de irme. Armo y desarmo bolsos, reviso veinte veces. Me hago listitas de cosas par hacer. Siempre me olvido alguna boludez, muchas veces esa boludez son los anteojos de sol.
Ésta vez ni en pedo me los olvido... el solcito va a pegar fuerte en la costa cubana y pienso tirarme a disfrutar de su calorcito.

Marco dijo...

A eso solemos llamarle escape de rutina?

*AntagoniSta* dijo...

Qué largo viene siendo su viaje!

Y yo que aún espero las crónicas...

Cuenten como resultaron los planes, no soy para nada amiga de la curiosidad.