jueves, 10 de abril de 2008

IRRUPTORES



Nos metimos como quien-no-quiere-la-cosa.
La ciudad de Fito nos había recibido con un frío terrible.
Las rejas terminaban en una puerta que, abierta de par en par, parecía invitar a inmiscuirse.
Por un lado sabíamos que no era ninguna hazaña. El Cronista ya había estado ahí, pero yo nunca. Me sentía como en una misión secreta.
El Club rojinegro parecía algo pequeño comparado con la enormidad de su estadio.
Definitivamente me gustaba más que el de Arroyito. El Parque Independencia parecía abrazarlo en su verdor.

Con mucha cautela y casi en puntitas de pié, nos metimos al estadio. La popular vacía y los muchachos que cuidaban el césped no lograron detener nuestra imaginación.
Agarrados del paravalanchas saltamos, arengamos y gritamos como un leproso más.
El cronista no se privó de colgarse del alambrado.
La popular de Newell’s rezaba: “La hinchada que nunca abandona”, en alusión a un hecho vergonzoso protagonizado por sus propios jugadores. Nosotros nos creíamos hinchas y corríamos por las gradas.


Luego de cansarnos de la actuación, decidimos incursionar en el campo de juego…
Pero la suerte no fue la misma, y terminamos mirando a través de las pequeñas rejitas de la platea.

A partir de ese día, y en un claro mal uso de nuestra lengua, nos bautizamos “Los Irrumpidores”.
Luego continuamos nuestras entradas cuasi-clandestinas a los estadios, pero en Mendoza…

La Cronista

2 comentarios:

Toti dijo...

Como si me faltara alguien que hablara de "La hinchada que nunca abandona", a Yamila le agarro una lepra insoportable... así de la nada...y ahora quiere ir a la cancha constantemente.

Que casualidad que vengo a firmar este blog, justo la primera vez que escribe La Cronista... mándele saludos nomás a el señor de la casa y dñigale que estuve leyendo sus textos y que realmente me gustaron mucho.

Les dejo un saludo cordial a ambos

El Cronista dijo...

Cuando uno visita estadios en otros países nunca tiene la necesidad de irrumpir: mas bien hay que pagar.
En la Argentina los estadios lucen increiblemente abiertos. Me acuerdo de esa irrupción, y de todas las personas a las que preguntamos si podíamos entrar al cesped. Tambien recuerdo que no pudimos irrumpir en el gimnasio de N.O.B. Otra frustración.
Por otro lado, estoy contento que al fin se sumó La Cronista a esta empresa por ahora sin repercusión.
Abrazo de gol "leproso"
El Cronista (hincha de Boca)